Lester Brown fue uno de los primeros en tomarle el pulso a la Tierra y comprobar su estado crítico. En los 70 este estadounidense comenzó a trabajar el concepto de desarrollo sostenible para defender el futuro del hombre en un planeta moribundo.
Critica la falta de compromiso de los estados, pero tiene la esperanza de que antes de 50 años las ciudades cambiarán su idea de desarrollo, basado en el consumo infinito, por uno responsable fundamentado en energías alternativas.
Este pensador y ambientalista estará en Colombia la próxima semana como ponente principal del III Congreso Internacional de Medio Ambiente, que organizan entre el 7 y el 8 de octubre el Centro de Estudios para el Desarrollo Sostenible (Ceid), las universidades de los Andes y del Bosque, Andesco y EL TIEMPO.
¿Por qué cree que las negociaciones sobre cambio climático no han dejado resultados concretos en reducción de emisiones?
Porque son obsoletas. Las negociaciones implican que cada país manda a diplomáticos y abogados, y ¿cuándo ha visto un encuentro de ellos que deje resultados novedosos? Deberíamos enviar líderes gubernamentales, científicos y visionarios.
Sigue ganando la política...
Sí, pero hay procesos apasionantes. En Estados Unidos un movimiento anticarbón busca impedir nuevas licitaciones para construir plantas generadoras de energía a partir del mineral y cerrar otras.
¿Qué piensa de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, en diciembre próximo en Cancún?
No mucho. De lograrse algo, estará muy lejos de lo que se necesita. Aún no entendemos cómo el cambio climático nos afecta. El ejemplo es la ola de calor en Rusia: la producción de granos cayó de 100 millones de toneladas a 60 millones de toneladas.
¿Preferiría adaptar el Protocolo de Kyoto al nuevo contexto o hacer uno nuevo, pero vinculante?
Eso no es importante. Lo clave es lo que haga cada país. Debemos ser más ambiciosos. Mientras se hablaba en Copenhague, empresas y bancos en Europa, como el Deutsche Bank y Siemens, perfeccionaban una estrategia para aprovechar los recursos en energía solar de África y desarrollar una red integrada para este continente y Europa del Norte, con la transmisión de electricidad por cableado submarino. Es el desarrollo más importante en la historia de la producción de energías renovables.
¿No hay perspectivas frente a un posible acuerdo global?
Lo dudo. Se llegará a un punto climático muy crítico. Es como el derrumbe del Muro de Berlín: nadie lo preveía y de repente todo se transforma. Vamos a ver cambios dramáticos en EE. UU.
¿Ya vimos ese 'Pearl Harbor' climático que nos haga reaccionar?
Sí. El huracán 'Katrina', la ola de calor en Rusia, las lluvias e inundaciones en Bangladesh y Pakistán...
¿Se necesita un cambio cultural?
Necesitamos un cambio social, como el movimiento anti-tabaco en Estados Unidos. Pese al lobby de las tabacaleras, todo cambió. Unos estados empezaron a demandar a estas empresas, resaltando el costo que tenían las consecuencias del tabaco y las dificultades de responder a las necesidades de cuidar y dar el tratamiento adecuado a las personas que resultaban afectadas.
¿Qué plantea su nuevo libro, 'Plan B 4.0, movilizarse para salvar la civilización'?
Reducir emisiones de carbono en 80 por ciento antes del 2020, con la ayuda de las nuevas tecnologías; estabilizar la población mundial; erradicar la pobreza y restaurar sistemas naturales como los suelos, los acuíferos o la atmósfera, porque la economía global se encaja en este gran conjunto de sistemas naturales.
¿Estos planteamientos son alcanzables?
Pues si no se alcanzan el mundo estará en graves problemas.
¿El desarrollo sostenible ha sabido adaptarse?
A nivel técnico, necesitamos desarrollo sostenible; pero un mejor concepto es el desarrollo ecológicamente sostenible. Lo que estamos viendo es el posible declive de nuestra civilización, por lo que se debe hablar de 'salvar a la civilización'. El planeta va a estar ahí mucho tiempo, pero no podemos decir lo mismo de nosotros.
¿Qué deben hacer los países megadiversos?
Reducir la deforestación. En Indonesia y Brasil los grupos ambientalistas han presionado a las grandes empresas para que su cadena de suministro no incluya nada que contribuya a la tala. Esto es un factor poderoso, debido a que las empresas no quieren que se deteriore su imagen. Eso es lo que se debe hacer.
¿Los países en desarrollo pueden lograr su transición energética a corto plazo?
Me parece interesante ver que dos países en desarrollo son los primeros en haberse comprometido a alcanzar una meta de carbono cero en el 2020, y uno de ellos es Costa Rica. Ninguno de los principales países industrializados ha aceptado este objetivo. El simple hecho de que Costa Rica lo haga sugiere que los industrializados deberían poder hacerlo también.
¿Qué fuente de energía se debe usar en países en desarrollo?
Todo depende del país. El caso colombiano es muy interesante, ya que tiene mucho potencial en energía eólica, energía geotérmica y energía solar, y se pueden desarrollar estas tres fuentes
¿Cómo se imagina al mundo en 50 años?
La gente vivirá en ciudades diferentes. La producción de nuestra energía resultará de sistemas limpios y renovables. Nuestros carros serán eléctricos o híbridos y la electricidad será producida por plantas eólicas. El aire estará limpio, no habrá ruidos de motores a combustibles.
Critica la falta de compromiso de los estados, pero tiene la esperanza de que antes de 50 años las ciudades cambiarán su idea de desarrollo, basado en el consumo infinito, por uno responsable fundamentado en energías alternativas.
Este pensador y ambientalista estará en Colombia la próxima semana como ponente principal del III Congreso Internacional de Medio Ambiente, que organizan entre el 7 y el 8 de octubre el Centro de Estudios para el Desarrollo Sostenible (Ceid), las universidades de los Andes y del Bosque, Andesco y EL TIEMPO.
¿Por qué cree que las negociaciones sobre cambio climático no han dejado resultados concretos en reducción de emisiones?
Porque son obsoletas. Las negociaciones implican que cada país manda a diplomáticos y abogados, y ¿cuándo ha visto un encuentro de ellos que deje resultados novedosos? Deberíamos enviar líderes gubernamentales, científicos y visionarios.
Sigue ganando la política...
Sí, pero hay procesos apasionantes. En Estados Unidos un movimiento anticarbón busca impedir nuevas licitaciones para construir plantas generadoras de energía a partir del mineral y cerrar otras.
¿Qué piensa de la Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático, en diciembre próximo en Cancún?
No mucho. De lograrse algo, estará muy lejos de lo que se necesita. Aún no entendemos cómo el cambio climático nos afecta. El ejemplo es la ola de calor en Rusia: la producción de granos cayó de 100 millones de toneladas a 60 millones de toneladas.
¿Preferiría adaptar el Protocolo de Kyoto al nuevo contexto o hacer uno nuevo, pero vinculante?
Eso no es importante. Lo clave es lo que haga cada país. Debemos ser más ambiciosos. Mientras se hablaba en Copenhague, empresas y bancos en Europa, como el Deutsche Bank y Siemens, perfeccionaban una estrategia para aprovechar los recursos en energía solar de África y desarrollar una red integrada para este continente y Europa del Norte, con la transmisión de electricidad por cableado submarino. Es el desarrollo más importante en la historia de la producción de energías renovables.
¿No hay perspectivas frente a un posible acuerdo global?
Lo dudo. Se llegará a un punto climático muy crítico. Es como el derrumbe del Muro de Berlín: nadie lo preveía y de repente todo se transforma. Vamos a ver cambios dramáticos en EE. UU.
¿Ya vimos ese 'Pearl Harbor' climático que nos haga reaccionar?
Sí. El huracán 'Katrina', la ola de calor en Rusia, las lluvias e inundaciones en Bangladesh y Pakistán...
¿Se necesita un cambio cultural?
Necesitamos un cambio social, como el movimiento anti-tabaco en Estados Unidos. Pese al lobby de las tabacaleras, todo cambió. Unos estados empezaron a demandar a estas empresas, resaltando el costo que tenían las consecuencias del tabaco y las dificultades de responder a las necesidades de cuidar y dar el tratamiento adecuado a las personas que resultaban afectadas.
¿Qué plantea su nuevo libro, 'Plan B 4.0, movilizarse para salvar la civilización'?
Reducir emisiones de carbono en 80 por ciento antes del 2020, con la ayuda de las nuevas tecnologías; estabilizar la población mundial; erradicar la pobreza y restaurar sistemas naturales como los suelos, los acuíferos o la atmósfera, porque la economía global se encaja en este gran conjunto de sistemas naturales.
¿Estos planteamientos son alcanzables?
Pues si no se alcanzan el mundo estará en graves problemas.
¿El desarrollo sostenible ha sabido adaptarse?
A nivel técnico, necesitamos desarrollo sostenible; pero un mejor concepto es el desarrollo ecológicamente sostenible. Lo que estamos viendo es el posible declive de nuestra civilización, por lo que se debe hablar de 'salvar a la civilización'. El planeta va a estar ahí mucho tiempo, pero no podemos decir lo mismo de nosotros.
¿Qué deben hacer los países megadiversos?
Reducir la deforestación. En Indonesia y Brasil los grupos ambientalistas han presionado a las grandes empresas para que su cadena de suministro no incluya nada que contribuya a la tala. Esto es un factor poderoso, debido a que las empresas no quieren que se deteriore su imagen. Eso es lo que se debe hacer.
¿Los países en desarrollo pueden lograr su transición energética a corto plazo?
Me parece interesante ver que dos países en desarrollo son los primeros en haberse comprometido a alcanzar una meta de carbono cero en el 2020, y uno de ellos es Costa Rica. Ninguno de los principales países industrializados ha aceptado este objetivo. El simple hecho de que Costa Rica lo haga sugiere que los industrializados deberían poder hacerlo también.
¿Qué fuente de energía se debe usar en países en desarrollo?
Todo depende del país. El caso colombiano es muy interesante, ya que tiene mucho potencial en energía eólica, energía geotérmica y energía solar, y se pueden desarrollar estas tres fuentes
¿Cómo se imagina al mundo en 50 años?
La gente vivirá en ciudades diferentes. La producción de nuestra energía resultará de sistemas limpios y renovables. Nuestros carros serán eléctricos o híbridos y la electricidad será producida por plantas eólicas. El aire estará limpio, no habrá ruidos de motores a combustibles.
Así será el Congreso que se realizará en Bogotá
El Centro de Estudios para el Desarrollo Sostenible (Ceid) Colombia realizará los días 7 y 8 de octubre el III Congreso Internacional de Medio Ambiente Cambio Climático 'Mercados de Carbono, Instrumentos Económicos y Ayuda al Desarrollo'.
Durante el evento se hará el lanzamiento para Latinoamérica y España de la obra 'Plan B 4.0 movilizarse para salvar la civilización', de Lester Brown.
El congreso busca presentar a expertos internacionales, quienes mediante un análisis crítico permitirán conocer los avances logrados hasta la fecha y las posibilidades reales de un acuerdo en diciembre próximo, en Cancún.
El III Congreso Internacional de Medio Ambiente se llevará a cabo en Bogotá, en el Centro de Convenciones ar (Calle 113 No. 7-80 Piso 2).
INFORMES: 310 861 2035; 312 465 4960; 676 0568 (BOGOTÁ).
Durante el evento se hará el lanzamiento para Latinoamérica y España de la obra 'Plan B 4.0 movilizarse para salvar la civilización', de Lester Brown.
El congreso busca presentar a expertos internacionales, quienes mediante un análisis crítico permitirán conocer los avances logrados hasta la fecha y las posibilidades reales de un acuerdo en diciembre próximo, en Cancún.
El III Congreso Internacional de Medio Ambiente se llevará a cabo en Bogotá, en el Centro de Convenciones ar (Calle 113 No. 7-80 Piso 2).
INFORMES: 310 861 2035; 312 465 4960; 676 0568 (BOGOTÁ).
JAVIER SILVA HERRERA
REDACCIÓN VIDA DE HOY
TOKIO (JAPÓN)
REDACCIÓN VIDA DE HOY
TOKIO (JAPÓN)
F eltiempo.com
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